Ella es Mónica Astorga Cremona, una religiosa perteneciente a la Orden de las Carmelitas Descalzas. Mónica ha contado a los medios que todo comenzó como
Álex Salinas, el joven transexual de San Fernando (Cádiz) al que la Iglesia le ha negado ser el padrino de bautismo de su sobrino, ha anunciado que piensa apostatar -esto es, renegar de la fe en Jesucristo recibida por el bautismo- y que, además, la familia ha decidido no bautizar finalmente al niño.