Aún es potencia, pero está a punto de convertirse en acto. Son varias las pistas que Elizabeth Duval ha ido dando de su talento –una obra de teatro por aquí; unos poemas y unos relatos por allá–, pero marzo de 2020 marcará su debut literario oficial con la publicación de Reina (Caballo de Troya), una novela de autoficción en la que la madrileña, de 19 años, narra los inicios de su nueva etapa en París. Allí, en la Sorbona, cursa un doble grado en Filosofía y Filología Francesa. Pero, ¿cómo puede ser relevante la experiencia vital de alguien que, por su insultante corta edad, apenas ha comenzado a vivir?
Resulta que Duval, lesbiana, trans, activista, performer y otras 200 cosas más, es un alma precoz. A los 10 años se metía en la piel de personajes mucho mayores que ella en foros digitales. A los 14, ya se había interesado por los estudios de género a través de Judith Butler y por la filosofía política de autores como Rousseau y Marx. Precisamente a esa edad comienza su transición médica y se cambia a un nuevo instituto, donde, sin contar con un dominio fluido del idioma, se matricula en la sección lingüística de francés en el último trimestre de tercero de la ESO. Termina el Bachibac, el programa en el que se funden el Bachiller y el Baccalauréat (la Selectividad francesa), con un expediente brillante. Sin embargo, Duval está muy lejos de abrazar el academicismo ortodoxo. Su loco perfil de Twitter y su reciente participación en el programa de citas de Cuatro, First dates, dan buena cuenta de ello.
¿Empezamos por Hegel o por Carlos Sobera? No son incompatibles.
¿Qué te motivó a asistir al popular programa de citas? Hay una división entre alta y baja cultura respecto a los medios que no tiene sentido. Si se asume que un artista o escritor, alguien que forma parte de la escena cultural, entra en la sociedad del espectáculo, se tiene que asumir del todo. Es la misma figura pública la que va a una entrevista con Ernesto Castro y habla de filosofía francesa contemporánea y cuestiones de teoría queer, que la que va a First dates a hacer una performance de autopromoción o que la que da una conferencia en Oviedo sobre chalecos amarillos y articulaciones discursivas del posmarxismo con influencia lacaniana. Todo entra dentro de los mecanismos de construcción de un personaje público que tiene que manifestarse de muchas maneras. Sería muy tonto, dado que existen medios como los realities, no aprovecharlos. Son los medios de mayor calado dentro de las masas. Además, se hace así de ácido sulfúrico desde dentro, ya que se introduce un elemento que desentona con el programa en su núcleo y consigue desestabilizarlo un poco.
Fuente: El País / ICON
Eva Blanco Media 20/01/2020