Daniela Vega es la primera actriz transexual que participó en la presentación de una gala de los Oscar. Esta chilena de 30 años protagonizó ‘Una mujer fantástica’, que se alzó el año pasado con el premio a la mejor película extranjera en el acto de entrega de los galardones que concede la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas. En la ceremonia, Vega introdujo al cantante Sufjan Stevens, quien interpretó el tema ‘Mistery of Love’. Fue una noche de consagración, en la que notó la calidez de los amigos y el público, muy diferente del «inclemente invierno» que fue su infancia y adolescencia. En su niñez pasó por tres colegios en los que sus compañeros le destrozaban los cuadernos, le escupían, insultaban y golpeaban. Sus padres la apoyaron cuando les anunció que dejaba de ser David para empezar a ser Daniela, un proceso que comenzó a los 14 años. A la cantante lírica e intérprete le disgusta ser vista como un icono trans. «El género no debe ser impuesto por otros, es una decisión personal», aseguró Vela en vísperas de pronunciar una conferencia en La Casa Encendida de Madrid.
«Usaron mi nombre y lo pegaron en la plaza pública como en los westerns»
Cuando era un crío detestaba jugar con coches. En cambio, se quedaba absorto observando cómo se maquillaba su abuela. Salvo las películas de Almodóvar o la presencia de la Veneno o Bibiana Fernández en televisión, el mundo transexual permanecía oculto en el Chile de los años noventa. No había instituciones ni asociaciones que asesoraran a los afectados. Cuando dio con un libro que hablaba abiertamente sobre el asunto, no tuvo ninguna duda de que era un trans. Eso sí, siempre encontró comprensión en su familia. No en balde, fueron sus padres quienes le regalaron sus primeros artículos de maquillaje. A su madre no le costó demasiado aceptar la condición de su hija, aunque su padre, Igor, se mostró renuente durante un tiempo. Sin embargo, al final acabó asumiendo su nueva identidad. Una vez, estando los dos en una tienda de ropa, le indicó: «Hija, allá están los probadores de mujeres». Ahora Igor es inseparable de su hija y la acompaña en cada viaje. Es, de hecho, su mejor confidente. Llegó incluso a comparecer en una comisión mixta del Parlamento chileno para hablar de las vicisitudes por las que pasan los niños y jóvenes trans.
Fuente: Diario Sur
Antonio Paniagua 08/02/2020