El próximo 22 de julio es el Día Europeo de las Víctimas de los Crímenes de Odio. Este día fue instituido por la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa y tras una campaña promovida por Movimiento contra la Intolerancia en 2014 en recuerdo de la masacre en Oslo y Utoya (Noruega 2011), cuando 77 personas, en su mayoría adolescentes, fueron asesinadas por el fanático neonazi Anders Breivik, es el Día que recuerda a todas las personas que son víctimas de delitos de odio.
Con motivo de su conmemoración en Memoria de las Víctimas, las asociaciones firmantes reclamamos una acción firme frente a esta lacra mediante una Ley Integral de Protección Universal de las Víctimas de Delitos de Odio para abordar esta problemática desde la prevención hasta la sanción y la asistencia integral a la víctima.
Desde un enfoque universal de los Derechos Humanos y de la protección de la dignidad intrínseca de la persona, los crímenes o delitos de odio hacen referencia a toda acción penal motivada por intolerancia al diferente, así lo afirman el Consejo de Europa y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, y son una trágica realidad en un contexto de crecimiento de polarización extremista y de proyecciones de xenofobia, racismo, antisemitismo, disfobia, de intolerancia hacia religiones y convicciones, misoginia y sexismo, homofobia y transfobia, antigitanismo, edadismo, ultranacionalismo, fanatismo ideológico, y de otras expresiones de intolerancia, incluidas hacia el aspecto físico, realidad genética, salud mental, lengua, origen territorial, condición profesional o cualquier otra que nieguen el valor universal de la dignidad humana, sus libertades y derechos de la persona por su diversidad. o manifestación se su condición humana, a la par que quiebra los valores de concordia, tolerancia, inclusión y pluralidad.
En España, los últimos acontecimientos constatan esta trágica realidad. Un tsunami de intolerancia amenaza al mundo con volver a tiempos de persecuciones, asesinatos, horrores como el Holocausto y otros crímenes contra la humanidad. Para encarar este problema muy grave requerimos a las instituciones españolas una Ley de Protección Universal de la Víctima de Delitos de Odio, con capacidad para intervenir con eficacia en todos los ámbitos o circunstancias y para apoyar y proteger a todas las víctimas, conforme prescribe la Constitución española.
Mientras tanto, para que todo ello sea posible, llamamos a la ciudadanía a una Campaña permanente hasta lograrlo y a promover acciones “in memoriam” con ayuntamientos e instituciones, asociaciones, y empresas, para iluminar nuestras ciudades y pueblos con el color AZUL que alumbró la solidaridad con las víctimas del terrorismo, la violencia escolar y otras generadas por la intolerancia criminal, bajo el lema:
LA TOLERANCIA APAGA EL ODIO
Si quieres leer el manifiesto completo, haz clic aquí.